7 may 2010

Máscaras


Desde los tiempos más remotos en todas las culturas se han utilizado las máscaras, bien con fines religiosos, de iniciación, o festivos. Creian que mientras las llevasen tendrian el poder del ser que representaban.
Existe otro tipo de máscara que no es objeto de ritual, o de fiesta, es la imagen que tenemos de nosotros mismos. El hombre necesita compartir, de igual forma que una vez lo hizo el átomo, o la primera célula.
El hombre necesita formar parte del grupo, en el trabajo, con los amigos, con la familia, y para
ello necesita presentar una imagen de uno mismo que sea aceptada por ese grupo.
También, como se creía en la Antigüedad, el llevar la máscara te convierte en aquello que representas. El llevar una máscara, o querer dar otra imagen, son actos conscientes la mayoría de las veces, y esto requiere un gasto energetico que nuestra estructura tiende a economizar, con lo cual no suele ser muy duradera.
Pero como en el relato de "El caballero de la armadura oxidada" de tanto llevar la armadura puesta puede que oxide y sea imposible quitársela.
Nuestros Carnavales nos recuerdan cada año el verdadero sentido de las máscaras, un sentido festivo, religioso o artístico. Durante unos días nos convertimos en otra persona sin perder la conciencia de quiénes somos. Pero en la vida real, a veces la máscara nos engaña a nosotros mismos. Nos la creemos hasta el punto de que cuando nos la quitamos nos sucede como a los fantasmas, que debajo de la sábana no hay nada.

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